Crítica de libros
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Jeffrey Blair Latta (2001): The Franklin Conspiracy Cover-up, Betrayal and the Astonishing Secret Behind the Lost Artic Expedition Hounslow (Dundurn Group) 320 páginas ISBN: 0-88882-234-0 |
Comentario: Luis R. González Manso
Uno de los efectos perniciosos del supuesto platillo volante estrellado en Roswell es la proliferación de versiones nacionales en países que no quieren ser menos. Pocas de ellas resultan apenas tan fiables como el propio caso Roswell, pero en ocasiones no desmerecen frente a la mejor novela de intriga.
Esta es la mancheta promocional que aparecen en la contraportada del presente libro:
“Se trata del misterio más enigmático conocido en la historia de Canadá. En 1845, la Marina Real británica envió dos naves, el Erebus y el Terror para explorar el océano Ártico en busca del famoso Pasaje del Noroeste hasta China. Eran los buques más avanzados de la época, totalmente equipados con los más modernos equipos científicos de la época (incluyendo uno de los primeros daguerrotipos –primitiva cámara fotográfica-). A bordo iban 129 marineros y científicos, comandados por el legendario explorador Sir John Franklin.
De ellos, nunca más se supo”.
¿Qué tienen que ver los extraterrestres con uno de los más estrepitosos fracasos en la exploración ártica del siglo XIX? Bueno, todo consiste en tener una mente suficientemente retorcida. Veamos algunas de sus preguntas que se formula el autor:
- Los esquimales aseguraron haber encontrado el cuerpo de un ‘gigante’ con dientes tan largos como el dedo de un hombre a bordo de uno de los barcos perdidos antes de su hundimiento. Necesitaron cinco personas para transportarlo. ¿Quién era?. Mejor dicho, ¿Qué era?. ¿Un mascarón de proa? ¿O algo más extraño?
- En los años 80, un antropólogo canadiense exhumó los cadáveres de tres miembros de la tripulación. Descubrió que a uno de ellos se le había realizado una autopsia pero que, extrañamente, los órganos habían sido vueltos a colocar en forma distinta y las costillas aparecían en posición invertida. ¿Quién hizo la autopsia? ¿Por qué? ¿Cómo? Y ¿por qué estaban desordenados los órganos y huesos?
- ¿Cómo pudo Franklin no haber dejado el menor rastro de su progreso, cuando llevaba a bordo 200 cilindros de mensajes para ese propósito? ¿Fueron encontrados y “suprimidos” tales hallazgos por los investigadores de la Marina Real británica?
- ¿Cómo fue que la Marina Real británica investigó cada una de las islas del rtico excepto la correcta (que fue encontrada por una expedición organizada por la mujer de Franklin en base a una visión)?
En resumen, un entretenido libro que podría servir de manual para todos aquellos que pretenden montar profundos misterios a partir de, o precisamente por, evidencias insuficientes.
Valoración:
© Fundación Anomalía